Cuando la antigua oficina de investigación de Shell se transformó en la Torre A’dam —con oficinas, un hotel, un mirador panorámico, restaurantes y cafeterías—, fue necesario idear una solución específica para la logística del edificio. Deerns creó un diseño vanguardista que aprovechó los cuatro huecos de los ascensores originales e incluyó otro hueco para un nuevo ascensor. El objetivo era controlar el número de visitantes, que se iba a multiplicar por diez. Los ascensores están equipados con un sistema de control de destino y están conectados a un sistema de control de acceso. Por otro lado, el uso específico de determinados ascensores durante el día aligera los picos de tránsito de personas y minimiza los tiempos de espera.