Parte de los edificios de Europa deberán disponer de un sistema de automatización y control de edificios o BACS (Building Automation and Control System) y de un sistema de gestión energética integrado o EMS (Energy Management System) de cara a 2026, lo que aportará información muy útil para llevar la eficiencia energética al siguiente nivel.
La nueva legislación sobre ESG de la Unión Europea (EPBD III) subraya la importancia de los datos para facilitar el camino hacia edificios más eficientes desde el punto de vista energético. Mientras que las facturas energéticas son superficiales en cuanto informan sobre el consumo total de energía, los sistemas de gestión energética (EMS) son mucho más profundo ya que pueden controlar el consumo de elementos individuales, áreas y sistemas de proceso. Esto ofrece información muy valiosa para tomar medidas de ahorro energético de alto rendimiento y mejorar las operaciones.
Es imperativo que las organizaciones actualicen sus sistemas EMS lo antes posible. Aunque no hay indicios claros de cómo se aplicará en la UE, el Gobierno neerlandés, por ejemplo, tiene clara su intención de que la fecha de 2026 no sea negociable en los Países Bajos.
Del conocimiento a la optimización
Anteriormente, en esta serie de artículos sobre el EPBD III, explicamos que algunos edificios deberán estar equipados con un sistema de automatización y control de edificios (BACS) conforme a la norma NEN 52120 de cara a 2026. Además, cualquier edificio con un BACS también debe tener un EMS integrado (nivel B) antes de 2026. Esto se aplica a todos los edificios de nueva construcción con un sistema de calefacción o refrigeración a partir de 290 kW de potencia nominal. Para los edificios existentes, el EMS debe incluirse si se va a realizar una renovación importante, se va a sustituir un generador y/o se incluye en su plan de mantenimiento plurianual o pasaporte de renovación.
Un sistema de gestión energética cartografía los distintos flujos de energía dentro de un edificio, como la electricidad, el agua y el gas. Este sistema combina hardware y software: sensores situados en lugares estratégicos miden el consumo, tras lo cual el software realiza análisis en tiempo real. Gracias a la conexión con BACS, estos datos pueden utilizarse, por ejemplo, para optimizar el control automático de los sistemas de iluminación y climatización.
De las diversas combinaciones posibles para la integración entre BACS y EMS, las opciones más comunes son:
- Conexión API entre BMS y EMS: los dos sistemas se comunican entre sí a través de una conexión de datos.
- Solución total: un solo sistema que soporte ambos procesos.
Además, ambos sistemas deben estar a un determinado nivel, tal y como se describe en la norma ISO 52120-1:2021.
" A diferencia del BACS, para el cual el nivel C es suficiente, para el EMS es obligatorio el nivel B. Esto significa que, además de controlar el consumo, el EMS debe analizar las tendencias y generar informes.
Tecnología con un toque humano
Para asegurar que las organizaciones se ponen manos a la obra, es obligatorio nombrar a un coordinador energético, tanto para los propietarios como para los inquilinos. Esta persona debe gestionar todo el EMS, estudiar dónde están las oportunidades de reducción y ponerlas en práctica, en función de las capacidades y la complejidad de los sistemas.
Cumplimiento del EMS en 3 pasos
Aunque existen sistemas predictivos que muestran exactamente dónde se pierde energía, el EMS de muchos edificios no cumple los requisitos legislativos. En Deerns ayudamos a nuestros clientes a cumplir con la legislación. Esto implica tres puntos de partida:
- Plan de submedición: todas las instalaciones y componentes principales, así como la iluminación, la calefacción, los sistemas de refrigeración y otros flujos de energía deben medirse por separado. También debe realizarse una submedición por «unidad lógica alquilable», para conocer los flujos de energía por inquilino.
- Auditoría de los contadores de energía: auditamos los contadores para evaluar si cumplen los requisitos o si es necesario añadir contadores de energía nuevos/adicionales de la forma más eficiente posible. Por ejemplo, con contadores inalámbricos.
- Plan de datos: para garantiza la transferencia segura de todos los datos de los contadores de energía al EMS.
Estos tres pasos básicos conforman un plan de actualización con una estimación de costes, tras lo cual se puede proceder a la implantación.
Una mirada al futuro
Como sugiere la “B” de “nivel B”, no nos encontramos en el último escalón todavía. Se espera que en los próximos años la legislación incluya como requisito un EMS de “nivel A”. Lo mismo ocurre con las Smart Grids (redes inteligentes). En estos momentos, el EMS debería estar ya listo para la integración en Smart Grids, aunque no tenga por qué estar conectado todavía.
La gran ventaja de un sistema EMS completo que incluya la integración en la Smart Grid es la mejora de la gestión del consumo energético, en función de la oferta del proveedor de la red. Un sistema inteligente podría comprar energía en el momento en que las emisiones de CO2 son cercanas a cero –cuando el proveedor se abastece de energía verde– para mantener la huella de carbono lo más baja posible. Además del impacto medioambiental, también puede orientarse de forma similar a la compra a bajo coste: abastecerse de energía cuando las tarifas son bajas.
Un EMS ofrece ventajas innegables, para ahora y para el futuro. Al visualizar los datos, se puede tomar conciencia del consumo de energía; queda claro qué sistemas necesitan mejoras y dónde es posible la optimización. Ponte en contacto con uno de nuestros expertos para obtener asesoramiento específico sobre sistemas de gestión energética (EMS).
Serie de Deerns sobre rendimiento energético en la UE
En esta serie de artículos sobre la legislación de la UE relativa a la eficiencia energética de los edificios, hemos abordado las expectativas de alto nivel, seguido de una serie de consejos sobre cómo prepararse para los requisitos de los sistemas de control y automatización de edificios (BACS). Estate atento al próximo artículo sobre la Taxonomía de la UE, cuyo objetivo es aumentar la transparencia en el mercado inmobiliario.