Los centros de datos se consideran unas infraestructuras esenciales en todo el mundo, ya que fomentan el progreso de la sociedad todos los días y en todas partes. Dependemos de la conectividad de los datos, sean cuales sean las circunstancias. Los centros de datos tienen que poder resistir los apagones repentinos o los cambios drásticos en las condiciones climáticas. El más mínimo fallo sería inaceptable. Las instalaciones de los edificios son fundamentales para garantizar que la actividad se va a poder seguir desarrollando sin interrupciones. Permiten ofrecer una temperatura y una humedad estables, que garantizan la fiabilidad, la eficiencia operativa y el rendimiento óptimo de los recursos.
Del mismo modo, al tener en cuenta las condiciones locales, el diseño de los edificios ayuda a asegurar las operaciones de los centros de datos situados en áreas donde existe un riesgo alto, como las zonas de inundaciones o las zonas sísmicas.